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FRANCE PRESS - NAZRAN La pequeña república de Inguchia, en el Caucaso ruso, se iba pareciendo ayer cada vez más a un gran campamento de refugiados con más de 60.000 chechenos instalados en su territorio tras haber huido de los bombardeos rusos. El Gobierno ruso ha prohibido a esta república que deje pasar a los refugiados hacia Osetia del Norte, porque teme que entre ellos haya «terroristas» islamistas. Los refugiados están por todas partes. Se agrupan en las estaciones, cerca de los puestos fronterizos, en las mezquitas, en las calles, especialmente en Nazran, la mayor ciudad de Inguchia.

Su número podría alcanzar más de 200.000 de aquí al final de la semana en esta república que sólo cuenta con 300.000 habitantes, según el responsable del Servicio de Migraciones, Magomed Gireiev. La situación es más dramática aún porque las autoridades de Inguchia recibieron la orden de impedir el paso de los chechenos hacia otras repúblicas de la Federación rusa. «Nos prohibieron dejar pasar a los chechenos más allá de Inguchia», confió un militar, Ajchar Sumenov, apostado en la frontera con Osetia del Norte.

Moscú teme que entre los refugiados se hayan infiltrado «terroristas» que salgan de Inguchia para efectuar nuevos atentados en las grandes ciudades rusas. El riesgo de que se produzcan atentados en Inguchia es débil, teniendo en cuenta las relaciones históricas entre los dos pueblos que formaban una sola república hasta 1992.