Moscú admite que la situación de los refugiados chechenos en la república de Ingushetia es muy precaria.

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FRANCE PRESS - EFE Hasta ahora, la resistencia al Ejército ruso estuvo a cargo de la guerrilla, mientras que Majádov prohibía a las tropas regulares entrar en acción con la esperanza de convencer a Moscú para que frene la guerra y abra negociaciones de paz. Jasujánov se negó a detallar el contenido del decreto y dijo que el texto sería publicado hoy miércoles.

El proyecto del decreto de Masjádov declaraba la imposición del estado de guerra en Chechenia y subordinaba la gestión de la economía republicana a los intereses de la defensa.

Pero aquél borrador, según sus autores, preveía que el estado de guerra se declarase a partir de la medianoche de ayer, mientras que el envío del documento al Parlamento previsiblemente demorará su entrada en vigor al menos un día.

Los observadores afirman que se trata de una nueva maniobra de Masjádov para demorar hasta el último momento cuando debe «quemar las naves» y sumir completamente su república en la nueva guerra caucásica. El borrador del decreto también incluía un tercer punto por el que se ordenaría a los líderes religiosos declarar en todas las localidades el «Gazavat» o «guerra santa» contra las tropas rusas.

Sin embargo, los autores del documento estaban convencidos de que el presidente chechén no incluiría este punto, para no apoyar las acusaciones de Moscú en el sentido de que la rebelde república es un «centro de extremismo islámico internacional». El ministro chechén de Defensa, Magomed Jambíev, aseguró anoche que Masjádov demora la imposición del estado de guerra en la república hasta que se agoten todas las posibilidades de frenar la nueva contienda con Rusia.

«Masjádov intenta aprovechar todas las posibilidades para evitar una nueva guerra entre Rusia y Chechenia», a pesar de la ofensiva rusa y de las «presiones internas» por parte de políticos y militares chechenes, dijo Jambíev.

El Kremlin afirmó ayer que su Ejército controla ya la tercera parte de Chechenia y admitió por primera vez que su objetivo real consiste en reconquistar la independentista república del Cáucaso. El primer ministro ruso, Vladímir Putin, dijo que la solución del nuevo conflicto ruso-chechén pasa por la «reincorporación del territorio rebelde a la esfera constitucional de Rusia», mientras que hasta ahora prefería hablar de una «operación antiterrorista».