El lanzamiento de una nueva y ambiciosa ronda de liberalización del
comercio mundial seguía anoche en duda, cuando los 135 países de la
OMC entraban en la última jornada de la conferencia ministerial de
Seattle. Una madrugada ininterrumpida de negociaciones a múltiples
bandas no permitió acortar la brecha que separa a las naciones
ricas de las menos desarrolladas en capítulos clave como la
protección de los derechos laborales o la regulación de las
inversiones.
«Aún quedan muchos problemas por resolver» antes de llegar a un
acuerdo, manifestó a la prensa el comisario de Comercio de la Unión
Europea, Pascal Lamy. El comisario dijo que la UE mantiene su
objetivo de lograr una ronda amplia, a la que ha venido designando
como «Ronda del Milenio», pero enumeró una serie todavía larga de
problemas: la aplicación de acuerdos anteriores, los derechos
laborales básicos, los nuevos reglamentos y otros. El borrador de
la declaración final «no es todavía equilibrado para los países en
vías de desarrollo», según Lamy.
Por el contrario, en el capítulo agrícola, la Unión Europea y
Estados Unidos continúan avanzando, según otras fuentes, en un
texto común sobre las reducciones de los subsidios a la exportación
y las ayudas internas.
Según Gregor Kreuzhuber, portavoz del comisario de Agricultura,
Franz Fischler, hay en estos momentos «una atmósfera constructiva»
en las conversaciones entre la UE y EE UU. Un nuevo borrador de
consenso sobre el capítulo agrícola comenzó a circular ayer con
visos de éxito. La propuesta, de una sola página, fija cuatro áreas
para la futura negociación agrícola, a saber, mejora del acceso a
los mercados internos, reducción de las subvenciones a la
exportación, rebaja de las ayudas internas, y mejora de las reglas
y disciplinas del comercio en este sector.
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