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EFE - QUITO Una aplastante mayoría parlamentaria ratificó ayer la designación de Noboa y le encargó el poder hasta enero del 2003, cuando debe concluir el periodo constitucional para el que fue elegido en las urnas el depuesto Mahuad. Los legisladores, además, rechazaron el golpe de Estado protagonizado la víspera que se diluyó pocas horas de haberse fraguado para dar paso a una salida constitucional reclamada por la mayoría de ecuatorianos y toda la comunidad internacional.

Noboa sucede a Mahuad, pero también a una fugaz junta cívico-militar que asumió el poder por tres horas, pero que fue disuelta por los militares para dar paso a la sucesión presidencial con el único objetivo de defender la democracia y la Constitución. El general Carlos Mendoza presidió esa junta, un triunvirato integrado también además por el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), Antonio Vargas, y un ex presidente de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Solórzano, en representación de los movimientos sociales.

Mendoza se convirtió en el artífice de un golpe de Estado y en el defensor acérrimo de la democracia cuando disolvió al triunvirato y entregó el poder a Noboa. Calificado de demócrata por muchos políticos y traidor por los indígenas y los colaboradores de Mahuad, Mendoza dijo que con su actitud evitó un enfrentamiento entre ecuatorianos y se preservó el orden constitucional y la paz. Los otros dos miembros del derrocado triunvirato, Vargas y Solórzano, debieron acogerse a la decisión de los militares, aunque a regañadientes, y ratificaron que la lucha de los movimientos sociales continuará firme.