El partido ultraderechista de Jörg Haider afirmó ayer que la
manifestación anti-racista que el sábado reunió a unas 150.000
personas en Viena fue «el desfile de unos pocos» comunistas. No
obstante, el éxito de la manifestación incita a los detractores de
Haider a seguir presionando al Gobierno, y a personalidades
extranjeras a crear lazos con «la otra Austria».
Para el secretario general del partido FPOe, Peter Westenthaler,
la manifestación no fue sino «el desfile de unos pocos de la
internacional comunista y de los socialdemócratas austríacos» según
un comunicado.
Según los organizadores, un total de 300.000 personas
participaron en la manifestación contra el racismo y la extrema
derecha. Sin embargo, la Policía evaluó en 150.000 los asistentes.
Para Westenthaler, el número de manifestantes sería unos
60.000.
«Si se restan los comunistas que vinieron del extranjero, no
queda mucha gente» afirmó subrayando que «la mayoría de los
austríacos no estaba» en la manifestación. «Los cabecillas del SPOe
(Partido Socialdemócrata) van codo con codo con los responsables
políticos comunistas de la mitad de Europa (...) y con los autores
de actos violentos de la extrema izquierda», añadió
Westenthaler.
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