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EFE - MÚNICH/LONDRES El fabricante de automóviles alemán BMW venderá fragmentada su filial británica Rover, pero mantendrá bajo su control el nuevo modelo de la división Mini, anunció ayer en Múnich el presidente del grupo, Joachim Milberg. En rueda de prensa en su sede, Milberg precisó que BMW venderá la marca Land Rover por unos 3.000 millones de euro (medio billón de pesetas) al gigante norteamericano Ford y las divisiones de Rover y MG al grupo inversor británico Alchemy Partners.

BMW ha puesto en marcha esta operación para desprenderse de Rover tras sufrir pérdidas del orden de los 3.150 millones de euros desde su adquisición en 1994. El presidente dijo que existe una carta de intenciones con Ford respecto a la venta y que la operación está pendiente de una acuerdo definitivo entre ambas firmas, además de la aprobación de las autoridades competentes.

Milberg afirmó que a partir de ahora, BMW podrá concentrarse en su propia marca y que producirá una nueva línea de pequeños automóviles, la llamada serie 2, cuya fecha de lanzamiento no quiso adelantar para no dar pistas a la competencia. El jefe de BMW culpó al Gobierno británico de no haber aprovechado la oportunidad de entrar en la Unión Monetaria y destacó el alto tipo de cambio de la libra esterlina como una factor muy negativo para los costes de producción y las ventas de Rover.

Recordó que sólo en 1999 la alta cotización de la libra generó pérdidas adicionales de unos 350 millones de euros a Rover en una industria dirigida hacia la exportación. La estrategia con la línea de modelos pequeños y medianos de Rover «no ha conducido al éxito», razón por la que BMW ha decidido desvincularse de su filial.