La remodelación del Gobierno francés, presentada por el primer
ministro, el socialista Lionel Jospin, como un renovado impulso de
las reformas de izquierdas, es para la oposición una mera apuesta
de supervivencia política y un retorno a la «era Mitterrand».
En medio de un creciente descontento social, Jospin remodeló
ayer su Ejecutivo para darle un nuevo brío recurriendo a dos 'pesos
pesados' de la presidencia del socialista François Mitterrand
(1981-95): el ex primer ministro Laurent Fabius y el antiguo
ministro de Cultura y Educación Jack Lang.
Fabius se convierte en el 'número dos' del Ejecutivo al frente
del 'superministerio' de Economía y Finanzas, en el que releva a
Christian Sautter, mientras que Lang dirigirá la controvertida
cartera de Educación en la que sustituye a Claude Allegre, unido a
Jospin por 40 años de amistad.
A un año de las elecciones municipales y a dos de las
legislativas y las presidenciales, Jospin justificó el reajuste en
la necesidad de «reforzar la capacidad de acción» del Gobierno,
que, aseguró, «continuará la política de reformas inspirándose en
los valores de la izquierda».
Esta remodelación, la sexta desde la llegada al poder de Jospin,
en junio de 1997, es mucho más amplia de lo que se creía cuando
este mes estallaron los rumores de un reajuste en respuesta a las
protestas contra Sautter y Allegre.
Jospin ha recurrido a dos 'barones' del Partido Socialista (PS),
diez años después del Congreso de Rennes, en el que se declararon
abiertamente la guerra el hoy primer ministro y Fabius.
Además, las relaciones de Jospin con Lang tampoco han sido nunca
buenas, por lo que la entrada de ambos en el Ejecutivo puede ser
interpretada como una muestra de debilidad, según algunos analistas
y, según otros, como un ejemplo de su voluntad de reconciliar a las
enfrentadas facciones del PS ante los próximos comicios.
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