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WANDA RUDICH - VIENA La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) aprobó hacia la medianoche del martes, en Viena, el esperado aumento de la producción de crudo, pero esa decisión significa la ruptura de la cohesión del cartel al no contar con el voto de Irán. La reunión estuvo marcada por las fuertes presiones ejercidas por las naciones consumidoras, sobre todo EE UU, para que los productores adoptasen un incremento de la oferta mundial que contribuya a bajar los precios del crudo.

Además de Irán, Libia, Irak y Argelia se oponían a subir la producción en este momento, por temor a que esa medida, sumada al descenso de la demanda que se registra todos los años durante el segundo trimestre del año, pueda causar una caída de las cotizaciones. Sin embargo, salvo en el caso de Irán, se impuso la postura defendida desde un principio por Arabia Saudí, el mayor productor mundial de petróleo, y Kuwait de volver a los niveles de producción de marzo de 1999, antes de acordar los recortes vigentes, que expiran el próximo viernes.

Argelia, Indonesia, Kuwait, Libia, Nigeria, Qatar, Arabia Saudí, Emiratos Àrabes Unidos y Venezuela aprobaron un aumento de sus topes máximos de producción, que en total suman 1.452.000 barriles diarios, y fijaron su límite máximo de producción en 21.069.000 barriles diarios. Los observadores del mercado consideran que Irán, por otro lado, quedará libre de respetar el límite de producción y extraerá los próximos meses, como lo ha hecho últimamente, un volumen de entre 200.000 y 300.000 barriles diarios por encima de su cuota fijada hace un año. Así, sumado a ese aumento iraní fuera del cálculo, los miembros del cartel petrolero alzarían su oferta en 1'7 millones de barriles diarios, equivalente a un incremento de un 7'5% con respecto a la actual de producción.

Con esta medida, los productores esperan estabilizar los precios en torno a los 25 dólares el barril, frente a los valores por encima de los 30 dólares por barril que registraron a principios de mes, tras triplicarse en un año. Los ministros anunciaron que cumplirán con disciplina las cuotas establecidas a partir del próximo 1 de abril y que volverán a reunirse en Viena el próximo 21 de junio para estudiar la evolución del mercado y, de considerarlo necesario, podrían entonces modificar el compromiso.