Elián saluda desde su casa en Miami a los exiliados cubanos que permanecen en las inmediaciones para evitar su vuelta a Cuba.

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AGENCIAS-LA HABANA/MIAMI Juan Miguel González, padre del 'niño balsero' Elián González, está preparado para viajar en las próximas horas a Estados Unidos a recibir a su hijo. A Juan Miguel González le acompañará en su viaje a Washington una comitiva de 31 personas, entre las que se incluyen tres psicólogos y dos psiquiatras infantiles, cuatro médicos de diferentes especialidades, dos enfermeras, tres maestras, doce niños compañeros de Elián en la escuela de Cárdenas, donde el niño cursaba el primer grado de enseñanza primaria, la actual esposa de Juan Miguel, su hijo y un primo.

El presidente cubano, Fidel Castro, designó a un 'peso pesado' de la política cubana y experto en el tema de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, Ricardo Alarcón de Quesada, presidente del Parlamento cubano, como asesor personal de Juan Miguel.

La noticia de que Juan Miguel viajría a Estados Unidos la anunció personalmente el propio Castro en la tarde del miércoles al intervenir por sorpresa en una mesa redonda sobre el tema de Elián que transmitía la televisión cubana.

«Llegó el minuto y el momento preciso para que Juan Miguel viaje a buscar a su hijo», anunció Castro y puso sólo dos condiciones: «que el Gobierno norteamericano le dé la custodia de Elián a su padre mientras dure el proceso judicial de apelación, y que le acompañe una comitiva creada a juicio de médicos, psicólogos y psiquiatras».

Castro propuso al Gobierno norteamericano no aplicar ninguna medida de fuerza para devolver a Elián a Cuba si el Servicio de Inmigración Estadounidense (SIN) decide retirar en las próximas horas el permiso temporal de residencia del niño si sus parientes de Miami no aceptan la proposición del Departamento de Justicia de acatar la decisión que adopte el tribunal de apelación.

«La mafia anticubana quiere hacer un 'show' propagandístico de los agentes federales de Estados Unidos llevándose al niño por la fuerza. Ésa sería una mala imágen para el Gobierno norteamericano y muy peligroso para el propio niño», comentó Castro. «Hay formas más pacíficas», añadió, y propuso al Gobierno estadounidense que no devuelvan al niño por la fuerza.