El euro volvió ayer a marcar un nuevo récord histórico a la baja
con un cambio oficial de 0'9461 dólares, en medio de especulaciones
sobre una posible intervención en los mercados del Banco Central
Europeo (BCE) o del Banco de Japón para frenar la apreciación del
yen frente a la moneda europea.
La recuperación de la bolsa estadounidense, los problemas
políticos en Italia, y la falta de una declaración de apoyo al euro
por parte de los siete países más industrializados del mundo (G-7)
son las principales razones que han contribuido a esta nueva caída
del euro, según fuentes del mercado.
Los observadores consideran que la moneda única ha decepcionado
a los agentes de divisas al no conseguir aprovechar la fuerte caída
de la bolsa neoyorquina la semana pasada para apreciarse
significativamente frente al dólar.
El euro sí ha sufrido en cambio, notablemente, la recuperación
de Wall Street a partir del pasado lunes y ha emprendido desde
entonces un nuevo camino a la baja, acentuado por la mala imagen
que creó entre los inversores su débil capacidad de recuperación
cuando las circunstancias le son favorables.
Ni siquiera el aumento del déficit comercial en febrero de
Estados Unidos conocido ayer consiguió frenar el curso descendente
del euro, que una vez superados diversos topes de resistencia hacia
abajo, podría rebasar la barrera de los 0'93 dólares antes de que
concluya la semana, según algunos pronósticos.
El euro se ha depreciado ya, desde que entró en vigor, casi un
veinte por ciento frente al dólar. La divisa norteamericana rozaba
ayer las 176 pesetas.
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