El presidente del Gobierno, José María Aznar, abogó ayer por
modificar la Ley de Extranjería lo antes posible y recordó a
Marruecos sus obligaciones en el control de fronteras, mientras que
el primer ministro magrebí, Abderramán Yusufi, afirmó que la
situación de Ceuta y Melilla fomenta la emigración ilegal.
En una conferencia de prensa conjunta, Yusufi aseguró que la
situación de estas dos ciudades «contribuye a intensificar» la
emigración clandestina, y rememoró asimismo el «maltrato inhumano»
de trabajadores marroquíes en la localidad española de El Ejido, si
bien se mostró convencido de que el Gobierno de Aznar trabajará
para evitar nuevos casos de «persecución».
Al respecto, Aznar animó a no convertir en categoría general
unos sucesos que no pasan a su juicio de ser más que «anécdotas»
coyunturales. Yusufi destacó además el convenio sobre trabajadores
temporales suscrito por ambos países y manifestó su confianza en
que este acuerdo sea aplicado de forma «completa», al tiempo que
expresó su deseo de que la actual colaboración permita lograr
«soluciones prácticas y eficaces» al problema de la emigración
ilegal antes de la visita a España del rey Mohamed VI, prevista
para septiembre.
Aznar tuvo que precisar que no compartía «alguna» de las
«apreciaciones» de Yusufi y, para demostrar la preocupación de
España por contribuir a la mejora económica de Marruecos y reducir
así los motivos que impulsan a emigrar a miles de sus habitantes,
aludió al «buen ejemplo» que suponía el programa de desarrollo del
norte del país entregado por España al Gobierno marroquí.
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