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Todas las partes implicadas en el conflicto del Sáhara escuchan las propuestas del mediador estadounidense James Baker para desbloquearlo en la reunión a puerta cerrada que comenzó ayer en Londres. No se dará a conocer ningún tipo de comunicado oficial sobre la reunión hasta hoy, según las fuentes, que insistieron en que Baker, antiguo ex secretario de Estado norteamericano, quiere que las conversaciones se desarrollen con la máxima discreción.

Todas las partes mantienen un hermético silencio sobre el contenido de la reunión. La ONU se ha visto obligada a retrasar la convocatoria del referéndum de autodeterminación en el territorio debido a los problemas por los que atraviesa el plan de arreglo.

Aunque no se ha divulgado el contenido exacto de lo que ya se ha dado en llamar la «solución Baker», al parecer podría incluir la renuncia a la celebración del referéndum de autodeterminación en el Sáhara y prever, a cambio, una amplia autonomía para el territorio. El Frente Polisario rechaza cualquier solución que no incluya la celebración del referéndum e incluso ha amenazado con retomar la lucha armada si la consulta no se celebra antes de finales de este año.

En un comunicado emitido con motivo de la reunión, el Polisario advierte que «cualquier otra opción (que no sea el referéndum) no hará más que bloquear la aplicación leal y rápida del plan de arreglo, aumentar el riesgo y precipitar el peligroso retorno a la incertidumbre en nuestra región», asegura.