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JUAN FERNÀNDEZ - BELGRADO Un grupo de policías irrumpieron de madrugada en la redacción de la cadena «Studio B», situada en el edificio céntrico más alto de Belgrado, y desalojaron a locutores y redactores. La operación de acoso a los medios de información se consuma con la incautación de «Studio B»; con las dificultades que padece el diario objetivo de más tirada, el «Blic»; con el golpe a las emisoras de radio «B-92» e Index; y con el cierre del centro emisor de «Studio B» en Mladenovac, a 50 kilómetros de Belgrado. La oposición sigue contando con dos diarios belgradenses y varias revistas, en un país en el que un periódico cuesta lo que se gana en una hora de trabajo y una revista, el sueldo de cuatro horas. Se calcula que de los ocho millones de serbios, la mitad se ha quedado sin acceso a información contrastada tras el aposentamiento de la línea oficial en «Studio B», por lo que se puede esperar un incremento de la audiencia de las emisiones en serbio de la cadena estadounidense «La Voz de América».

El Gobierno se siente seguro tras las señales de apatía creciente que se desprenden del hecho de que unas 100.000 personas se manifestaran el 14 de abril contra el presidente yugoslavo, el serbio Slobodan Milosevic, y menos de 15.000 el lunes pasado.

Tras el caótico anuncio de varias manifestaciones de apoyo a «Studio B», la oposición consiguió convocar ayer una protesta unitaria frente al Ayuntamiento de Belgrado e hizo un llamamiento a la población para que secunde sus actos de protesta.

«Con la decisión de las autoridades, el país ha entrado en una dictadura abierta», denunció en un comunicado la oposición, que pidió a la ciudadanía «alzar su voz y oponerse con toda la energía a la violencia». Los partidos de la oposición han calificado de acto dictatorial el cierre de la cadena de televisión y lo consideran como un paso previo para instaurar el Estado de Excepción.

Milosevic y su Partido Socialista siguen siendo los de más esperanza de voto en solitario para las elecciones (municipales y federales yugoslavas) de este año, pero las encuestas coinciden en que la oposición barrería si concurriese unida.

El Gobierno serbio sigue basando su propaganda en una embestida del tipo «nosotros contra los traidores aliados a la OTAN», y califica a toda la oposición de acólitos de la Alianza que bombardeó el país durante la primavera de 1999.

Varias vallas de Belgrado están profusamente cubiertas de carteles con un joven de la oposición en uniforme nazi y con un pie de foto que reza «Los jóvenes de Madeleine», en referencia a Madeleine Albright, secretaria de Estado norteamericana.