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EUROPA PRESS - SANTIAGO DE CHILE El presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago, Rubén Ballesteros, dijo ayer que, de acuerdo a la legislación chilena, sólo la locura o la demencia, incluida la senil, es un eximente para liberar a una persona de la responsabilidad de haber cometido un delito, en una entrevista a la emisora «Radio Chilena», en la que se negó a comentar la sesión extraordinaria celebrada el martes por el tribunal que preside. Preguntado sobre si tal estado es valido cuándo de habla de demencia senil, muy propio de las personas de avanzada edad, Ballesteros indicó que «hay autores de libros de tratado de Derecho Penal que estiman que la demencia senil es una forma de enajenación mental, y aquí en Chile hay dos opiniones, para algunos se debe incluir y para otros no». Asimismo, el magistrado explicó que el fallo aún se mantiene en secreto pues, una vez terminada la vista de una causa en una Corte de Apelaciones, viene un período que se llama de acuerdo «y, por múltiples razones, muy particulares, muy importantes, esa etapa es reservada y secreta». Ballesteros desmintió que el resultado de la votación se haya notificado a alguna de las partes y explicó cuáles son los siguientes pasos en el proceso contra Pinochet: «Una vez que nosotros demos a conocer el fallo de las notificaciones respectivas a los querellantes y a los querellados la iniciativa le corresponde a ellos».

Por otro lado, parlamentarios contrarios al senador vitalicio Augusto Pinochet coincidieron con los partidarios y la defensa del general retirado en que la Corte de Apelaciones de Santiago debe dar a conocer oficialmente el fallo que, según filtraciones periodísticas, determinó ayer quitarle la inmunidad parlamentaria.

La idea común es que esperar «una o dos semanas» hasta que el fallo esté redactado y firmado por los 22 magistrados que componen el pleno del tribunal de alzada no hace sino introducir tensión e incertidumbre que no beneficia a ninguna de las partes. Por su parte, el presidente de la Corte Suprema, Hernán Alvarez, dijo que al alto tribunal «le llegan las cosas de mayor trascendencia» y no existe nerviosismo alguno porque los magistrados «estamos preparados para afrontar esta situación».