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Bill Clinton y Vladímir Putin firmaron ayer dos acuerdos menores: la apertura de un centro para el intercambio prealerta y lanzamiento de misiles, así como la destrucción de sus arsenales de plutonio para uso militar. Asimismo acordaron continuar las negociaciones sobre el tratado Start III y ratificaron su adhesión al tratado ABM como «piedra angular de estabilidad estratégica».

Bill Clinton afirmó, en la rueda de prensa conjunta que ambos mandatarios ofrecieron en el Kremlin en la tarde de ayer, que Estados Unidos considera preciso crear un Sistema Nacional Antimisiles (NMD) para protegerse de posibles ataques de países como Corea del Norte, Irán e Irak.

Los dos líderes firmaron una declaración de principios en la que sostienen que «la amenaza nuclear es real y que es preciso hacerle frente, pero no nos hemos puesto de acuerdo sobre cómo llevarlo a cabo».

Putin aclaró que Moscú y Washington tienen un punto de vista común sobre las nuevas amenazas en el campo estratégico, pero anunció haber rechazado el sistema antimisiles. El NMD que propone Estados Unidos «sería "según Putin" un remedio peor que la enfermedad».

Rusia no lo acepta por cuanto es contraria a la modificación del tratado de desarme antibalístico ABM, modificación precisa para poner en marcha el mencionado plan NMD o «paraguas nuclear».

Ambos acordaron posponer la discusión para futuros encuentros internacionales, en los que van a coincidir como la cumbre del G-8, que se celebrará en julio en Okinawua, la asamblea de las Naciones Unidas, de septiembre en Nueva York y el foro Asia-Pacífico previsto para noviembre en Brunei.

Poco antes de las siete de la tarde dio comienzo la rueda de prensa de los presidentes ruso, Vladimir Putin, y norteamericano, Bill Clinton, en la sala San Jorge del Kremlim. Ante 250 periodistas acreditados, los dos presidentes firmaron los acuerdos alcanzados, considerados menores.

Los expertos rusos ya habían anunciado la imposibilidad de alcanzar un acuerdo sobre defensa común. En un largo artículo en el diario «Nezamisimaya Gazeta», el politólogo Nikonov había advertido de Rusia no quiere modificar bajo ningún concepto el tratado AMB firmado entre Moscú y Washington en 1972, ya que basa en el mismo su política de defensa. «O Rusia se humilla "decía" o entra en una carrera armamentística que no nuestra economía no puede soportar».