El Banco Central Europeo (BCE) elevó ayer en medio punto los tipos
de interés en la eurozona ante los crecientes riesgos
inflacionistas a medio plazo por el encarecimiento del petróleo y
la prolongada debilidad del euro. El incremento de las tasas, mayor
del 0'25 por ciento que esperaban muchos observadores financieros,
es el quinto que acomete esta entidad desde el pasado noviembre y
coincide con una clara recuperación del euro frente al dólar y
otras monedas.
El presidente del BCE, Wim Duisenberg, en la rueda de prensa
posterior a la reunión periódica del Consejo de Gobierno del banco,
no excluyó que la inflación vuelva a superar el 2 por ciento en un
futuro próximo, ya que de lo contrario, «no se habría tomado esta
medida». «En los últimos meses, los riesgos para la estabilidad de
los precios a medio plazo ha continuado aumentando visiblemente»,
apuntó el máximo cargo del BCE y señaló de que las previsiones
actuales sobre la inflación en torno al 2 por ciento para el 2000 y
el 2001 «son señales claras de advertencia».
El banquero holandés manifestó que la decisión de ayer se tomó
por consenso después de una «útil y prolongada discusión» en el
seno del órgano rector del banco, tras admitir que más de uno de
los 17 participantes favorecía al comienzo de la sesión un aumento
de sólo un cuarto de punto de los tipos. Descartó que la subida del
precio del dinero esté vinculada de cualquier forma con el valor
externo del euro y aseveró que «el BCE no tiene objetivos de tipo
de cambio», aunque subrayó que la moneda única tiene aún potencial
de revalorización y que su valor hasta ahora no ha reflejado los
fundamentos de la economía en la eurozona.
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