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EFE/FRANCE PRESS Estados Unidos y la Unión Europea (UE) confía en que el proceso de paz en Oriente Medio siga adelante tras la muerte del presidente sirio, Hafez Asad, según las declaraciones ayer de políticos y analistas del país. El presidente estadounidense, Bill Clinton, y la secretaria de Estado, Madeleine Albright, que encabezará la representación de su país en los funerales del presidente sirio, expresaron ese deseo.

«Lamento que esa paz no se consiguiera "en vida del presidente Hafez Asad" y espero que todavía pueda ser lograda, en buena medida por los compromisos que él hizo», señaló Clinton. El mandatario estadounidense no acudirá al funeral, informaron fuentes de la Casa Blanca, que no precisaron si la agenda de conversaciones entre palestinos e israelíes, fijada para la próxima semana en Washington, puede verse modificada por el fallecimiento del mandatario sirio.

En medio de la incertidumbre creada por la desaparición en un momento clave de Hafez Asad, las cancillerías europeas y fuentes comunitarias en Bruselas se apresuraron ayer a expresar su confianza en un traspaso de poderes tranquilo en Siria, pese a destacar algunos países que la figura del hijo de Hafez Asad, Bachar, tendrá serias dificultades para asentarse en el poder, ya que dudan sobre su auténtica fortaleza política y los apoyos internos militares y clientelares.

Por su parte, el Gobierno francés se comprometió acompañar a su sucesor en sus esfuerzos para lograr la paz con Israel y en la región. «Siria sabe que Francia, que comprende sus aspiraciones, se encuentra siempre al lado de aquellos que intentan conducir a Oriente Medio hacia la estabilidad, la seguridad y la prosperidad», señaló el jefe del Estado francés, Jacques Chirac, en su mensaje de pésame.

El primer ministro israelí, Ehud Barak, afirmó ayer que Oriente Próximo será «diferente» a partir de ahora. «La muerte del presidente Asad constituye el final de una época. Estamos ante un Oriente Próximo diferente, que deberemos estudiar», afirmó Barak durante la reunión semanal de su Gobierno. «Es difícil prever cómo van a evolucionar las cosas, pero es de suponer que no serán iguales y que habrá que esperar cambios en cierto número de materias», añadió Barak.