TW
0
CARLOS DOMÍNGUEZ - SEÚL Los habitantes de Corea del Sur dispensaron ayer a su presidente Kim Dae Jung un recibimiento de héroe por haber logrado establecer con el líder norcoreano Kim Jong Il las bases para la reunificación y pacificación de la península, tras 55 años de enfrentamiento. Kim Dae Jung regresó ayer en medio de la euforia popular y arropado por los habitantes de Seúl que se agolparon en las calles al paso de la caravana presidencial que le llevaba del aeropuerto hasta el palacio capitalino Chongwadae, agitando banderas y saludándole por el éxito alcanzado.

Tras dedicar su aplauso al pueblo norcoreano para agradecer la cálida acogida que le dieron en los tres pasados días, el Kim de la sureña Corea afirmó que se sintió en Pyongyang como en su propia casa. «Tenemos la misma sangre, el mismo idioma, somos la misma gente. Corea tiene una historia de 5.000 años. Hemos estado separados 55, pero hemos abierto el camino para entrar juntos de nuevo en el siglo XXI», dijo al regresar a Seúl.

La primera cumbre cara a cara de los líderes de los países hermanos pero ideológicamente opuestos se selló con un éxito mayor al que se esperaba, y ha creado esperanzas de que logre derribar el último reducto de la Guerra Fría que queda en esta parte del mundo. La Declaración de Pyongyang que anoche rubricó con Kim Jong Il representa el primer paso para que los dos países decidan por sí mismos y sin injerencias externas su propio destino en la unificación peninsular.