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La controversia sobre el niño cubano Elián González ha abierto una nueva etapa en el debate sobre la política de EE UU hacia Cuba, aunque, a corto plazo, no se esperan cambios en las relaciones con la isla, coincidieron ayer varios analistas. Para los que favorecen un acercamiento con Cuba, el caso del niño cubano es un «muy pequeño paso en favor de una apertura en las relaciones entre ambos países», indicó Wayne Smith, ex jefe de la Oficina de Intereses de EE UU en La Habana.

Smith, del grupo Centro para la Política Internacional, dijo que «el rechazo de la opinión pública a la política dictada por sectores del exilio cubano y sus líderes más duros, ha creado espacio en el Congreso para un debate más sensato». Pero, los opositores a la normalización de relaciones con el Gobierno de Fidel Castro advierten que el Congreso de EE UU sigue firmemente opuesto a un acercamiento con Cuba. Mientras, el regreso de Elián a Cuba abre la vía a una revisión de las relaciones entre Estados Unidos y la isla, según considera hoy la prensa estadounidense. «No es sorprendente que justo la víspera de la marcha de Elián los dirigentes republicanos de la Cámara de Representantes decidieran poner fin a cuatro décadas de sanciones contra las ventas de productos alimentarios a Cuba», señala 'The New York Times', añadiendo que «la saga de este niño cubana a acelerado este cambio de política». 'Los Angeles Times' va todavía más lejos pidiendo al Congreso estadounidense que «aproveche esta oportunidad y se comprometa a un debate sobre la política estadounidense hacia la isla vecina». «Ahora hay claramente una apertura para nuevas relaciones» entre los dos países, según el periódico. Por otra parte, apenas siete minutos duró la sencilla ceremonia de recibimiento que el Gobierno cubano organizó de manera no oficial en el aeropuerto internacional de esta ciudad a Elián González.