El populista Haider mantiene su intención de convocar el referéndum.

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Francia, país que ejerce la presidencia de turno de la UE, «tomó nota» ayer del anuncio de un referéndum en Austria sobre las sanciones de sus socios comunitarios y dijo que a Viena «no le interesa» un «chantaje» sobre la reforma de las instituciones europeas. «Obviamente a Austria no le interesará practicar un chantaje de ese tipo», dijo la portavoz del Ministerio francés de Asuntos Exteriores, Anne Gazeau-Secret, al ser preguntada si Francia está preocupada por el riesgo de bloqueo de la Conferencia Intergubernamental (GIG).

La CIG, que negocia la reforma de las instituciones comunitarias para preparar la ampliación de la UE a países de Europa del este, es la prioridad «número uno» de la presidencia semestral francesa de la Unión. El canciller federal austríaco, el democristiano Wolfgang Schuessel, y el populista de derechas Joerg Haider acordaron ayer convocar una consulta popular en otoño si para entonces se mantienen las sanciones impuestas contra Austria por la entrada en el Gobierno del partido de Haider. Mientras Haider aseguró que la redacción de las preguntas del plebiscito implica la posibilidad de una política de veto en la UE, Schuessel insistió ayer en que no se alude ni a la posibilidad de veto ni a la ampliación de la UE.

Gazeau-Secret dijo que Francia ha «tomado nota» del anuncio austríaco de la consulta popular. Por otra parte, recordó la iniciativa anunciada a finales de junio por el primer ministro portugués, Antonio Guterres, entonces presidente de turno de la Unión, que prevé confiar una misión a tres «sabios» designados por el presidente del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Los tres expertos deberán determinar si Austria respeta los «valores europeos comunes» y pronunciarse sobre «la evolución política» del FPOE de Haider.