La Orden de Orange hizo ayer un llamamiento para que continúen las
protestas, aunque de manera pacífica, en contra de la decisión de
las autoridades de prohibir el paso de su desfile por la zona
católica de Portadown, según declararon sus dirigentes frente a la
gran estructura de metal que levantó la policía para separar la
zona católica de la protestante y evitar así posibles disturbios
durante el tradicional desfile de la protestante Orden de Orange
por esta ciudad del Ulster.
La marcha de los orangistas, en la que participaron más de mil
personas, se vio interrumpida por una gran barrera levantada por la
policía, después de que la Comisión de Desfiles prohibiera a los
protestantes pasar por Garvaghy Road, la zona católica de la
ciudad, para evitar enfrentamientos. La marcha transcurrió sin
incidentes graves. Los orangistas comenzaron por la mañana su
desfile tras asistir a un oficio religioso, antes de caminar hacia
la barricada. Una vez allí, quisieron entregar una carta como señal
de protesta a la policía norirlandesa, pero ningún oficial la
recogió. Esta negativa provocó la ira entre los protestantes.
Harold Gracey, el maestro de la Orden, ha señalado que «éste ha
sido el primero de 104 domingos en que las fuerzas de seguridad se
niegan a escuchar nuestras peticiones».
La policía del Ulster se encuentra en estado de máxima alerta,
más aún teniendo en cuenta que acaba de descubrir un plan de
algunos grupos disidentes para aprovechar los incidentes y asesinar
a miembros de las fuerzas de seguridad.
Asimismo, hay que destacar que en la madrugada de ayer hizo
explosión un coche-bomba delante de una comisaría de policía en
Country Tyrone, concretamente en Stewartstone, sin que se haya
tenido que lamentar víctimas personales. Aunque este atentado no ha
sido reivindicado, se cree que es obra del IRA Auténtico, grupo
escindido del IRA que no acepta el proceso de paz en Irlanda del
Norte.
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