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MARTA ALTUNA - LONDRES La Orden de Orange hizo ayer un llamamiento para que continúen las protestas, aunque de manera pacífica, en contra de la decisión de las autoridades de prohibir el paso de su desfile por la zona católica de Portadown, según declararon sus dirigentes frente a la gran estructura de metal que levantó la policía para separar la zona católica de la protestante y evitar así posibles disturbios durante el tradicional desfile de la protestante Orden de Orange por esta ciudad del Ulster.

La marcha de los orangistas, en la que participaron más de mil personas, se vio interrumpida por una gran barrera levantada por la policía, después de que la Comisión de Desfiles prohibiera a los protestantes pasar por Garvaghy Road, la zona católica de la ciudad, para evitar enfrentamientos. La marcha transcurrió sin incidentes graves. Los orangistas comenzaron por la mañana su desfile tras asistir a un oficio religioso, antes de caminar hacia la barricada. Una vez allí, quisieron entregar una carta como señal de protesta a la policía norirlandesa, pero ningún oficial la recogió. Esta negativa provocó la ira entre los protestantes. Harold Gracey, el maestro de la Orden, ha señalado que «éste ha sido el primero de 104 domingos en que las fuerzas de seguridad se niegan a escuchar nuestras peticiones».

La policía del Ulster se encuentra en estado de máxima alerta, más aún teniendo en cuenta que acaba de descubrir un plan de algunos grupos disidentes para aprovechar los incidentes y asesinar a miembros de las fuerzas de seguridad.

Asimismo, hay que destacar que en la madrugada de ayer hizo explosión un coche-bomba delante de una comisaría de policía en Country Tyrone, concretamente en Stewartstone, sin que se haya tenido que lamentar víctimas personales. Aunque este atentado no ha sido reivindicado, se cree que es obra del IRA Auténtico, grupo escindido del IRA que no acepta el proceso de paz en Irlanda del Norte.