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AGENCIAS - JAPÓN El Grupo de los siete países más desarrollados y Rusia (G-8) comienza hoy su cumbre anual en la que analizará los acontecimientos mundiales, con las negociaciones para la paz en Oriente Medio y la petición del tercer mundo para que se condone la deuda a los países pobres como trasfondo.

Aunque Japón, país organizador de esta XXVI Cumbre, no lo había previsto, las conversaciones de Camp David (EE UU), en las que el presidente estadounidense, Bill Clinton, ha mediado hasta el último segundo antes de viajar a Okinawa, y los recientes acontecimientos en Oriente Medio harán de la paz entre Israel y Palestina uno de los temas más destacados de la agenda. El secretario del Tesoro estadounidense, Larry Summers, afirmó ayer en Tokio que la obtención por parte del Congreso de Estados Unidos de los créditos necesarios para poner en marcha la reducción de la deuda de los países más pobres es una prioridad absoluta de la administración norteamericana.

El compromiso de reducir la deuda de los países más pobres, acordado en la anterior Cumbre del G-8, celebrada en Colonia (Alemania), ha tardado en materializarse por parte de Estados Unidos debido a la oposición del Congreso. «Algunos países no han sido incluidos entre los candidatos a reducir su deuda por no haber podido cumplir las condiciones debido a causas vinculadas a la corrupción o a los conflictos que se desarrollan en su territorio», explicó Summers, que sustituye todavía en el G-8 al presidente estadounidense, Bill Clinton, que se encuentra de camino desde Camp David.