El presidente ruso, Vladimir Putin, sorprendió ayer a todos cuando,
en contra de lo esperado, se abstuvo de pedir ante el resto de
socios del G-8, reunidos en Okinawa (Japón), la cancelación o el
pago escalonado de la enorme deuda que Moscú ha heredado de la
Unión Soviética. Putin se limitó a indicar que buscará una solución
con el Fondo Monetario Internacional.
Por otra parte, el G-8 abordó también ayer la revolución de
Internet y adoptó la ´Carta de Okinawa´, con el objetivo de que
ningún país, desarrollado o pobre, quede excluido de esta
revolución, para lo cual ha creado un Grupo de Expertos en Acceso a
las Nuevas Tecnologías, formado por especialistas de alto nivel,
encargado de facilitar la expansión de internet.
EEUU, por su parte, está dispuesto a estudiar la propuesta de
Corea del Norte de abandonar su programa de misiles balísticos a
cambio de ayuda internacional en tecnología espacial. Washington ha
manifestado una enorme prudencia, ya que quiere evitar que Corea
del Norte pueda hacerse con propulsores espaciales que le permitan
terminar el desarrollo de sus misiles de largo alcance. Además,
Corea pidió a Estados Unidos 1.000 millones de dólares anuales a
cambio de la suspensión de sus exportaciones de tecnología de
misiles a países como Pakistán o Irán.
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