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EFE - JERUSALÉN El primer ministro israelí, Ehud Barak, acosado por la oposición y con un gobierno minoritario, superó ayer, lunes, una nueva embestida en forma de moción de censura contra su política de paz, pero volverá a medir sus fuerzas con sus oponentes dentro de 48 horas.

El Likud de Ariel Sharon no pudo obtener los 61 votos necesarios en el Parlamento para hacer caer el Gobierno del laborista Barak, a quien acusan de haber hecho graves concesiones a los palestinos en la pasada cumbre de Camp David para intentar llegar a un acuerdo de paz y de poner en peligro la seguridad hebrea. Mañana miércoles está prevista otra votación, también propuesta por el Likud, para que se disuelva la cámara y se convoquen elecciones anticipadas, una solución que desea la derecha pero también desde algunos sectores de la coalición de Barak, que consideran que con el actual parlamento no podrá salir adelante un eventual acuerdo de paz.

Si Barak superó la moción de censura, sus opositores obtuvieron en cambio una victoria al ser aprobado en primera lectura un proyecto de ley para «blindar» los límites municipales de Jerusalén, un texto directamente dirigido contra las reivindicaciones de los palestinos sobre el sector oriental conquistado por Israel en 1967. A falta de dos lecturas más, si esta ley llega a concretarse limitará en gran manera el margen de maniobra de Barak, que está convencido -y así se lo ofreció a Yaser Arafat en Camp David- de que Israel no necesita para nada los barrios orientales de la ciudad, donde viven unos 200.000 palestinos.