Putin pide calma para encontrar a los responsables del atentado de Moscú

«Los terroristas no tienen nacionalidad ni credo, pero debemos saber de dónde procede la amenaza», dijo en su primera declaración después del atentado, que tuvo lugar dentro de un paso subterráneo peatonal a un kilómetro del Kremlin. «El terrorismo no es una enfermedad nacional nuestra, es una enfermedad internacional, y se puede recordar la tragedia de los rehenes alemanes en Filipinas, las explosiones en Gran Bretaña y España», manifestó. «La humanidad no ha inventado todavía un método eficaz de lucha contra el terrorismo, el único remedio es una respuesta adecuada», agregó. Al referirse concretamente a la guerra de Chechenia, Putin anunció que las tropas federales «llevarán hasta el final sus operaciones en el Cáucaso norte» y que los terroristas «serán aniquilados en su propia guarida».

Putin hizo esas declaraciones cuando se cumple justo un año desde su nombramiento por Yeltsin como primer ministro, paso previo para su acceso al Kremlin. Sin embargo, las autoridades rusas se inclinaron por la «pista chechena» y sugirieron medidas de excepción tras el brutal atentado. «Definitivamente fue un acto terrorista», dijo con rotundidad Vladímir Prónichev, subdirector del Servicio Federal de Seguridad (FSB), al anunciar la detención de dos sospechosos, un checheno y un daguestaní de la etnia ávara. Aleksandr Zhdanóvich, portavoz del FSB, matizó que las detenciones se practicaron por «conducta extraña» y por «posesión de drogas y literatura wahabita», corriente integrista islámica a la que pertenecen los jefes de la guerrilla chechena.