El presidente venezolano, Hugo Chávez, se entrevistó con su homólogo iraní, Mohamed Jatamí.

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EFE-BAGDAD El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, retó ayer a Estados Unidos al convertirse en el primer jefe de Estado extranjero que viaja a Bagdad para entrevistarse con el gobernante iraquí, Sadam Husein, desde que sus tropas invadieron Kuwait en 1990. Debido al embargo aéreo internacional que la ONU impuso a Irak hace diez años, Chávez llegó por tierra, procedente de Irán, por el puesto fronterizo de Munzuriya, y fue recibido allí, a unos 250 kilómetros al noreste de Bagdad, por el vicepresidente, Taha Yasin Ramadán, y docenas de representantes oficiales.

Para entrar en Irak, Chávez, que había llegado de madrugada a Teherán, procedente de los Emiratos Arabes Unidos, tuvo que hacer un complicado viaje, en el que un avión lo trasladó hasta la ciudad de Kermansah, a unos 700 kilómetros al oeste de la capital iraní y a algo menos de 100 kilómetros al este de la frontera con Irak. Desde Kermansah, el gobernante latinoamericano utilizó un helicóptero para llegar a Gazre Shirin, la localidad fronteriza iraní desde la que pasó, en coche, por vía terrestre, a Munzuriya, donde tomó otro helicóptero hasta Bagdad para entrevistarse con Sadam Husein.

Ayer por la mañana, durante una visita relámpago a Teherán, donde se reunió con el presidente iraní, Mohamed Jatamí, Chávez respondió a las críticas de EEUU por su viaje a Bagdad, que comparó con las que Washington le hizo cuando fue a Cuba, y dijo: «Yo me voy al infierno si quiero». El gobernante latinoamericano recalcó que es «representante de un pueblo soberano», que adopta sus propias decisiones políticas, y calificó de «falta de respeto al pueblo venezolano» las críticas del Departamento de Estado de Estados Unidos a su visita a Irak.