La Armada rusa dio ayer por muertos a los tripulantes del submarino
atómico «Kursk», poco antes de que el barco «Normand Pioneer» con
ayuda británica, la última esperanza, llegase al lugar del
desastre. «La falta de toda información desde el submarino permite
afirmar que el estado crítico de la dotación ya se ha producido»,
dijo el vicealmirante Mijaíl Motsak, jefe del Estado Mayor de la
Flota. Muy emocionado, no quiso pronunciar lo que ya está en boca
de todo Murmansk de todo el país: los 118 tripulantes del «Kursk»
han perecido.
«Lo más posible es que tengamos que constatar lo peor», añadió
Motsak, quien recalcó que «ha sido superado el límite crítico de
supervivencia» que el mando de la Armada calculaba para la
tripulación del «Kursk», hundido hace una semana en el Àrtico. El
vicealmirante Motsak reveló nuevos detalles del accidente del
submarino nuclear, que calificó de «la catástrofe más terrible en
la historia de la flota submarina» rusa. A consecuencia del
accidente "dijo" «quedó inundado todo el sector de la proa y todo
el personal que se encontraba allí murió en los primeros minutos de
la catástrofe». Motsak indicó que el análisis de las señales
sonoras que, en los primeros momentos, enviaban los tripulantes del
«Kursk» muestra que el agua se filtró además en los compartimentos
de popa.
Según la principal versión que manejaban hasta ahora las
autoridades rusas, el «Kursk» se fue a pique la mañana del sábado,
día 12, a causa de una colisión con «un objeto no identificado». El
comandante de la Flota del Norte, el almirante Viacheslav Popov,
por el contrario señala como causa más probable del naufragio un
explosión a bordo, en la sala de torpedos del submarino. Horas más
tarde, y en rueda de prensa, altos cargos militares señalaron que
tres o cuatro torpedos explotaron a bordo del submarino 'Kursk',
«de una potencia equivalente a una o dos toneladas de TNT», y «el
agujero en el casco mide más de un metro de ancho y al menos un
metro de largo».
«Durante el accidente, hubo una detonación de por lo menos tres
o cuatro torpedos a bordo del submarino, de una potencia
equivalente a una o dos toneladas de TNT, que provocó la inundación
de la proa del submarino y la mitad de la tripulación murió
inmediatamente», indicó el vice almirante, Mijail Motsak. El
viceprimer ministro, Ilia Klebanov, que dirige la comisión que
investiga el accidente, precisó que «el agujero en el casco tiene
más de un metro de ancho y por lo menos un metro de alto, en su
parte visible».
Mientras, el «Normand Pioneer» con el minisubmarino británico
«LR5» y 27 socorristas del Reino Unido a bordo, llegaba a la zona
del desastre hacia las seis de la tarde hora española, mientras
otro buque noruego con expertos submarinistas en rescates se
aproximaba al lugar.
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