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FRANCE PRESS - ADÉN (YEMEN) Un día después del presunto ataque terrorista contra un destructor de la marina estadounidense en el puerto de Adén, que causó por lo menos siete muertos, 10 desaparecidos y 39 heridos, la embajada británica en Sanaa (Yemen) fue objeto en la madrugada de ayer de un nuevo atentado con explosivos que no causó víctimas. Ambas acciones han sido ya reivindicadas por dos grupos islamistas radicales. En este contexto de incremento de la violencia en la región tras el agravamiento de la ola de violencia en Israel y los territorios palestinos, Estados Unidos ha decidido cerrar temporalmente varias embajadas en Africa, Asia y Oriente Próximo, por temor a atentados.

Tras el atentado de ayer, el responsable británico del Ministerio de Asuntos Exteriores (Foreign Office), Robin Cook, afirmó en Londres que la explosión en el recinto de la Embajada fue «un ataque terrorista», según declaró en una entrevista concedida a la cadena de televisión Sky News.

Por su parte, un portavoz de la Embajada británica declaró que «estamos intentando establecer las causas de la explosión, por lo que sería prematuro decir nada sobre qué pudo causarla».

Las ventanas de la Embajada británicas y de los edificios colindantes se rompieron por la explosión, que no causó víctimas. Una parte de los muros que rodean a la sede diplomática británica estaban ennegrecidos.