El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, escribió ayer una
pequeña página en la historia con su llegada a Vietnam, en el
inicio de una visita que busca cerrar definitivamente las viejas
heridas de la guerra y abrir una nueva era entre ambos países. El
mandatario estadounidense fue aclamado a su llegada por miles de
vietnamitas. Clinton fue recibido con alfombra roja por varios
miembros del Gobierno vietnamita.
En esta llegada, discreta pero emotiva, hasta los carteles de
bienvenida colocados en la ciudad eran muy comedidos. Bill Clinton,
el primer presidente de EE UU que visita Vietnam desde la guerra
que conmovió al mundo, encontrará un país en plena transformación,
que busca su rumbo tras un período de férreo régimen comunista.
«Vietnam ha vivido 20 años bajo una piedra», explicó el embajador
estadounidense en Hanoi, Douglas Peterson, quien recordó cómo en
apenas ocho años el país «ha adoptado el sistema de libre mercado,
aunque con un toque socialista».
Clinton quiere influir en esa transformación, para lo que
hablará con la población y sus dirigentes, a la vez que pregonará
las virtudes de la economía libre y abierta y el respeto a los
derechos humanos. Sobre todo, quiere manifestar su respaldo al
sector reformista de la clase dirigente vietnamita frente a la
vieja guardia marxista, en un proceso similar, aunque con
diferencias, al que se vive en China.
La visita tiene un alto contenido simbólico, ya que se trata de
la primera efectuada por un presidente estadounidense desde que
Richard Nixon lo hizo en 1969, en plena guerra. Además, Clinton fue
quien comenzó el proceso de acercamiento, que se materializó con el
restablecimiento de relaciones diplomáticas en 1995. Durante sus
cuatro días de estancia en el país, Clinton se reunirá con el
presidente vietnamita, Tran Duc Luong, y el primer ministro, Phan
Van Khai.
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