(MACEDONIA)
Helicópteros, carros de combate, vehículos blindados, artillería,
morteros y un par de centenares de soldados y policías de élite
protagonizaron el asalto a los pueblos donde los alzados en armas
se habían hecho fuertes en las últimas dos semanas. «Ahora estamos
en guerra de verdad», dijo en Skopje, casi orgulloso, el portavoz
del Ministerio del Interior, Stevo Pendarovski, mientras que en
Tétovo un albanés se hizo eco del portavoz, pero con otra
inflexión, al lamentar: «esto es la guerra, ni más ni menos».
En lo que el Gobierno calificó de sólo las primeras fases de su
prometida ofensiva para aniquilar a la guerrilla, todo indica que
ha logrado desalojar a los insurgentes de al menos una aldea, la de
Gaire, en una ladera a dos kilómetros de Tétovo. Los rebeldes han
abandonado otros tres pueblos en la zona, si se confirma la versión
oficial.
Hubo al mismo tiempo una operación parecida contra posiciones
rebeldes en las montañas a unos 20 kilómetros al norte de Skopje,
también al lado de la frontera de Macedonia con Kosovo. El primer
ministro, Ljupco Gueorguievski declaró: «todo va según lo
previsto».
Fuentes del hospital local informaron de que cuatro civiles, un
policía y un soldado habían sido ingresados por heridas recibidas
en el desarrollo de la operación, mientras que no se ha informado
de las eventuales bajas en las filas de los rebeldes. Desde las
seis de la mañana, cuando se inició la ofensiva, hasta las cuatro
de la tarde, toda la cuenca en que se halla Tétovo retumbaba con
los estampidos de las piezas de artillería, los cañones y los
morteros, y columnas de humo se levantaron no sólo de Gaire, sino
de varios puntos en las faldas de las montañas de la cordillera de
Shar.
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