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Los periodistas de la cadena rusa de televisión independiente NTV se atrincheraron ayer en sus lugares de trabajo en una acción de protesta contra la sustitución de sus consejeros y directivos en una maniobra atribuida al Kremlin y al presidente del país, Vladímir Putin. El canal NTV, el único de cobertura nacional crítico con la política del Kremlin, emitía ayer sólo espacios informativos y publicitarios, y en el resto del tiempo en la pantalla se ve el sillón vacío del presentador con el logotipo del canal de fondo. La protesta comenzó tras una junta de accionistas de NTV convocada por el consorcio de gas Gazprom cuya legalidad fue cuestionada por directivos del canal, en la que fue renovado el Consejo de Administración.

La junta eligió nuevo presidente de NTV a Alfred Koj, director de Gazprom-Media, y sustituyó al director general Yevgueni Kiseliov por Borís Jordan, banquero norteamericano de origen ruso y oscuro pasado vinculado al Kremlin. Con el mismo argumento de «sanear» la gestión financiera de NTV, también se nombró a Vladímir Kulístikov en el cargo «ideológico» de nuevo director informativo de la cadena, para el que el lunes había sido elegido Kiseliov por el colectivo periodístico del canal.

Grigori Krichevski, director del servicio informativo de la cadena, declaró que NTV considera «ilegal» la propia reunión de la Junta de Accionistas, y por consiguiente ninguna de sus decisiones, incluido el nombramiento de nuevos directivos, puede ser aceptada. Para los periodistas de la cadena Yevgueni Kiseliov «sigue siendo su director», añadió. La nueva dirección de la televisión rusa NTV intentó tranquilizar a los trabajadores de la cadena afirmando que se mantendrá su independencia.