El líder conservador italiano, Silvio Berlusconi, ha lanzado un
nuevo desafío a críticos y electores al desdecirse de su propio
compromiso de hacer público antes de las votaciones del próximo
domingo el futuro de su imperio mediático. Berlusconi da marcha
atrás y borra la fecha del 11 de mayo, en la que tenía previsto
anunciar la decisión sobre su patrimonio para salvar el conflicto
de intereses por su doble condición de millonario empresario y
aspirante a primer ministro.
Como si se tratara de un asunto menor, pese a haberse convertido
en el verdadero eje de la campaña, Berlusconi asegura ahora que lo
del anuncio no dejó de ser una broma al director del principal
informativo de «Canale Cinque», una de sus tres cadenas.
Además, anoche Berlusconi sorprendió a todos al aparecer en un
programa de televisión para firmar un contrato de compromiso con
los ciudadanos ante la cita con las urnas. En un espacio de
entrevistas de la RAI, Berlusconi suscribió el documento, escrito
con un lenguaje jurídico, que le compromete a cumplir al menos
cuatro compromisos básicos durante los cinco años de
legislatura.
De no hacerlo, asegura que no volverá a ser candidato a primer
ministro. Los compromisos son la reducción de las cuotas fiscales,
un plan para la seguridad ciudadana, el aumento de las pensiones a
un mínimo de un millón de liras (casi 86.000 pesetas), la creación
de un millón y medio de empleos y el comienzo de al menos el
cuarenta por ciento de las grandes obras anunciadas en un plan
nacional.
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