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EFE-TOKYO/FRANCFORT La Bolsa de Tokyo cerró ayer en su mínimo en dieciséis años con fuertes pérdidas en la banca después de que el primer ministro Junichiro Koizumi recibiera el apoyo de los líderes del G-8 para acometer drásticas reformas que podrían llevar a Japón a la recesión.

Por su parte, la caída del índice de confianza empresarial alemán en junio hasta su valor mínimo desde 1996 aumenta la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) decida bajar los tipos de interés de la eurozona en su próxima reunión, según los expertos.

Fabio Comelli, analista de Deutsche Bank Research, dijo ayer que la caída de la confianza empresarial en Alemania, primera economía de la eurozona, «podría llevar al BCE a abaratar el dinero en su encuentro del 2 de agosto» con el objeto de revitalizar la coyuntura económica. Deutsche Bank Research había descartado una bajada de los tipos antes de la última reunión del banco europeo el pasado jueves pero, según Comelli, este equipo de expertos opina ahora que hay «un 50 por ciento de posibilidades» de que las tasas desciendan en la próxima reunión del BCE.

El pesimismo económico se ha extendido y en Japón, el índice Nikkei de la Bolsa de Tokyo cerró en 11.609'63 puntos, un 2'5 por ciento por debajo de su apertura en una sesión bursátil en la que las ventas hicieron caer las acciones de los 33 sectores en que están agrupadas las empresas japonesas que cotizan en Tokio. Aunque el apoyo del G-8 a Koizumi reafirmó la confianza del mandatario japonés de que tiene las claves para sacar a su país de la actual crisis económica, los analistas señalaron la ausencia de un apoyo firme de los líderes de los países más industrializados a la estabilización de los mercados financieros internacionales.