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Las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York, que se desplomaron ayer tras el doble atentado perpetrado con aviones contra sus pisos superiores, eran uno de los edificios más significativos de la Gran Manzana y un centro de negocios de primera magnitud. Durante un tiempo fueron las más altas del mundo. Diseñadas por el arquitecto japonés Minoru Yamasaki, con sus 415 y 417 metros, 110 pisos y 43.000 ventanas, las torres de acero y cristal fueron levantadas entre 1969 y 1973 en la Quinta Avenida, esquina con la Calle 34, en pleno centro de Manhattan. Desde su pisos superiores se contemplaba una panorámica única y se habían convertido en visita obligada para los turistas. Con sus 418.600 metros cuadrados de superficie, unas 50.000 personas trabajaban habitualmente en su interior y eran visitadas diariamente por 150.000 personas.

El World Trade Center era el centro mundial de comercio exterior y más de 5.000 compañías de 28 países tenían sus oficinas en el doble rascacielos. Hasta la construcción de la Torre Sears de Chicago (1974), las Torres Gemelas, a 40 metros la una de la otra, fueron las más altas del mundo. Las torres fueron levantadas sobre un terreno ganado al Río Hudson, con más de 200.000 toneladas de acero y una cantidad de hormigón suficiente como para asfaltar una acerca de más de un metro de ancho desde Nueva York hasta Washington. En los momentos más importantes de la obra, unas 3.500 personas trabajaban a diario en los edificios.

Además de oficinas, las torres albergaban antenas de comunicación utilizadas por las principales cadenas de televisión del país. Contaba además con 239 ascensores. Desde el piso 86, donde había un observatorio exterior, y desde el interior del piso 102, se podían admirar las maravillosas vistas desde el corazón de Manhattan. El 25 del pasado mes de julio, las Torres Gemelas fueron vendidas por el Gobierno local por más de 3.200 millones de dólares (más de medio billón de pesetas) a la autoridad portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, privatizándolas para los próximos 99 años. Las empresas Silverstein Properties y Westfield America controlaban este complejo.

El Pentágono, «símbolo de las convicciones de Estados Unidos y del poder estadounidense», en palabras del secretario de Estado, Colin Powell, fue una de las víctimas de la oleada de ataques terroristas que causó el derrumbe de una parte de su edificación. La sede del cuartel general de las Fuerzas Armadas estadounidenses se terminó de construir en 1943, después de 16 meses de obras, hechas deprisa y corriendo, en plena II Guerra Mundial. «El Pentágono ha aguantado el paso del tiempo, ha aguantado guerras, innumerables crisis y las tormentas de los políticos», recordó Colin Powell, entonces jefe de la Junta de Estado Mayor, con motivo de la celebración, en mayo de 1993, del cincuenta aniversario de la construcción del edificio.