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EFE-WASHINGTON/TEHERÀN El secretario de Estado de EE UU, Colin Powell, dijo ayer que Pakistán ha accedido a cooperar con Washington «en lo que se le pida» para enfrentar al terrorista Ossama Bin Laden, refugiado en Afganistán. Por su parte, Irán cerró ayer su frontera con Afganistán, «para evitar las consecuencias» de una posible acción militar estadounidense contra ese país, tras los atentados del martes pasado en EE UU, informó la agencia de noticias iraní, IRNA.

Pakistán se comprometió ayer a luchar contra el terrorismo, pero no de forma incondicional y siempre en el marco de una acción auspiciada por la ONU, mientras el régimen de los talibán se prepara para la guerra santa contra EE UU y los países vecinos que apoyen a Washington en su ataque a Afganistán. El Gobierno de Pakistán, país clave para los planes de Estados Unidos por ser uno de los tres que reconoce a los talibán (junto con Arabia Saudí y Emiratos Àrabes Unidos) y comparte una larga frontera con Afganistán, respondió de manera ambigua a la petición de ayuda presentada por Washington.

Pakistán «decidió apoyar a la comunidad internacional a combatir el terrorismo en todo el mundo», dijo un portavoz oficial al término de una reunión conjunta del gabinete del gobierno y el Consejo de Seguridad Nacional, encabezado por el presidente paquistaní, Pervez Musharraf. Sin embargo, el ministro paquistaní de Asuntos Exteriores, Abdul Sattar, matizó que su país sólo considerará una acción militar de EE UU contra Afganistán si ésta es auspiciada por la ONU.

En Afganistán vive refugiado el disidente saudí Ossama Bin Laden, a quien la Casa Blanca señala como el principal sospechoso de los atentados del pasado martes contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono, en Washington. Sattar dijo que no se prevé que Pakistán «participe en cualquier acción militar fuera de sus fronteras», aunque observará todas las resoluciones de la ONU para combatir el terrorismo.