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EFE-WASHINGTON Estados Unidos continúa sus operaciones militares en Afganistán pero ha puesto un alto a las «acciones pre planificadas» en observación del viernes, día santo o de plegaria para los musulmanes, afirmó ayer el Pentágono. El presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, general Richard Myers, dijo que «mantenemos disponibles las fuerzas para golpear cualquier objetivo que emerja, de manera que seguimos actualizando continuamente nuestros planes». El jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, dijo que «llegamos al fin de la primera semana de nuestra intervención en Afganistán desde un punto de vista militar». «Después de seis días de ataques contra objetivos militares de Al Qaida y las fuerzas militares talibán hemos roto, en cierto grado, sus comunicaciones, hemos debilitado el poderío militar talibán y hemos dañado su capacidad de defensa aérea».

Mientras, el régimen talibán denunció que ha encontrado los cadáveres de más de 160 personas, en su mayoría mujeres y niños, víctimas de los ataques estadounidenses, en una aldea del este de Afganistán. Fuentes de los talibán, que la agencia «Afghan Islamic Press» no identifica, precisaron que la cifra puede aumentar ya que continúa la búsqueda de víctimas. La aldea donde se produjo la matanza está situada a unos 40 kilómetros al oeste de la ciudad de Jalalabad, uno de los objetivos más reiterados de los ataques de la aviación norteamericana.

Las antiguas bases aéreas soviéticas de Kuliob en Tayikistán y Janabad en Uzbekistán se perfilaban ayer como los puntos clave de eventuales operaciones de comandos terrestres contra bases terroristas en Afganistán. Militares de EE UU inspeccionaron dos aeródromos tayikos como presuntos destinos de aviones norteamericanos para la segunda fase de la lucha de la coalición internacional contra el régimen talibán y Bin Laden. En cualquier caso, la llegada del invierno puede obligar a aplazar hasta la primavera el despliegue de tropas de tierra aliadas en Afganistán, según el ministro de Defensa británico, Geoff Hoon.