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El presidente de EE UU, George Bush, reiteró ayer su negativa a negociar con el régimen talibán en Afganistán. «Estados Unidos no tiene nada que negociar con el régimen talibán. No hay negociaciones. Punto», respondió Bush a las preguntas de la prensa en la Casa Blanca a su regreso de Camp David.

Bush agregó que los ataques aéreos de EE UU continuarán hasta que el movimiento radical islámico talibán que controla el Gobierno de Afganistán entregue a Osama bin Laden, al que Washington considera como el principal sospechoso de los atentados del 11 de septiembre. El presidente de EE UU también reiteró a los talibán que igualmente tienen que entregar a otros terroristas a los que su régimen protege y oculta en Afganistán. «Esas son las condiciones y no son negociables», afirmó Bush.

Durante una conferencia de prensa el jueves pasado, el presidente estadounidense se mostró dispuesto a dar «una segunda oportunidad» al régimen de Kabul y parar los bombardeos si entregaban a la justicia a bin Laden y sus seguidores de la red terrorista «Al Qaida». «Si quieren que paremos nuestra campaña militar, tienen que cumplir nuestras condiciones. No hay negociaciones», afirmó el presidente de EE UU.

El régimen talibán dispuesto a estudiar la extradición de Osama bin Laden hacia un tercer país «que no esté bajo la influencia de Estados Unidos ni esté próximo a los talibán», declaró ayer un responsable talibán a la prensa extranjera. El gobernador de Jalalabad (este de Afganistán), Maulani Abdul Kabir, declaró a un grupo de periodistas extranjeros que su país reiteraba la oferta de hablar del caso de bin Laden «en negociaciones directas con Estados Unidos».

Por otra parte, el movimiento Al Qaeda del fundamentalista islámico Osama bin Laden, amenazó con atentados suicidas a Estados Unidos, Reino Unido y a los estadounidenses residentes en el Golfo Pérsico, una semana después de que comenzaran los ataques contra Afganistán.