Los afganos volvieron a practicar un juego salvaje, prohibido por los talibán: el «buscachí».

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«Espero que 2002 sea un año de paz», dijo el presidente norteamericano George W. Bush durante una conferencia de prensa en su rancho, cerca de Crawford (Texas) en la que lo acompañó el general Tommy Franks, jefe del Comando Central de las fuerzas armadas estadounidenses que lleva adelante la campaña en Afganistán. «Pero también soy realista, y sé muy bien que Bin Laden y sus compinches quieren causar otra vez daño a Estados Unidos», agregó Bush. «Estados Unidos debe mantener su vigilancia, debemos mantener las medidas de seguridad interna, tenemos que impedir que el enemigo nos ataque».

Estados Unidos seguirá buscando al saudí Osama bin Laden, y permanecerá en Afganistán «hasta que se complete la misión» de erradicar el terrorismo dijo Bush. Bin Laden «no se nos ha escapado, si es que está vivo», afirmó. «Hace tres meses él controlaba un país, ahora está prófugo y si controla algo es apenas una cueva». «No sabemos dónde está (Osama), pero sí sabemos que ya no controla Afganistán», agregó el presidente quien reiteró su intención de que Bin Laden sea «llevado ante la justicia». «Lo quiero vivo o muerto. Da lo mismo. Lo que es seguro es que si está vivo, está huyendo», señaló en una breve comparecencia ante la prensa durante sus vacaciones de Navidad en su rancho de Crawford (Texas).

Horas antes, Afganistán dio la señal más clara de que desea que la guerra contra el terrorismo se vaya a otra parte, al pedir un rápido fin de los bombardeos estadounidenses e insistir en que Bin Laden huyó a Pakistán. El ministro afgano de Defensa, Mohammad Fahim, dijo que Bin Laden probablemente cruzó la frontera hacia Peshawar, en Pakistán, por lo que los bombardeos deben detenerse. El ministro de Relaciones Exteriores de Pakistán, Abdul Sattar, rectificó ayer su afirmación categórica y admitió que no descartaba que Bin Laden estuviera en Pakistán. «No puedo decir que eso es imposible», declaró. «Tenemos un gran número de tropas en la frontera con Afganistán en este momento. Si él viene a cualquier pueblo o ciudad, podría ser reconocido y entregado», añadió.

Por otra parte, el presidente Bush calificó como una «filtración informativa» las versiones sobre las reglas bajo las cuales operarán los tribunales militares especiales que él instauró por decreto a mediados de noviembre para enjuiciar a los extranjeros sospechosos de actividades terroristas. Pero aseguró que «sean cuáles sean las reglas, nuestro sistema será mucho más justo que el de Osama bin Laden».