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FRANCE PRESSE-KATMANDÚ El presidente paquistaní, Pervez Musharraf, hizo ayer un gesto simbólico para poner fin a la crisis con India al ofrecer «la mano de la amistad» al primer ministro indio, Atal Behari Vajpayee, en la inauguración de la cumbre de la Asociación de Asia del Sur para la Cooperación Regional (SAARC), en Katmandú. El general Musharraf declaró que tendía «la mano de una amistad sincera al primer ministro de India». Después se dirigió a Vajpayee y le estrechó la mano. Vajpayee, que hasta la fecha había descartado cualquier reunión formal a solas con el mandatario paquistaní, sonrió y estrechó la mano del general Musharraf.

El general Musharraf declaró que la paz entre las dos potencias nucleares del subcontinente indio era «fundamental» para el progreso de la región, que cuenta con la quinta parte de la población mundial, pero sufre a causa de la pobreza y el subdesarrollo. Vajpayee respondió después que Musharraf debe reprimir a los «terroristas» que cometen actos «de violencia ciega en India», en referencia, entre otros, al asalto perpetrado en el parlamento de Nueva Delhi el pasado 13 de diciembre.

Este acercamiento provocó que los ministros de Asuntos Exteriores de India y Pakistán, Jaswant Singh y Abdul Sattar, respectivamente, se reunieran ayer al margen de la cumbre. La entreviesta creó una gran expectación sobre sus resultados, que por el momento se desconocen. Asimismo, un portavoz de Exteriores de la India minimizó los resultados de la entrevista y afirmó que «no se produjo ningún encuentro por separado».

Por su parte, el primer ministro británico, Tony Blair, declaró ayer que «el rechazo absoluto» del terrorismo debe ser el punto de partida de cualquier diálogo entre India y Pakistán, al condenar ayer desde Bangalore (India) el atentado del pasado 13 de diciembre contra el Parlamento indio. Por otra parte, bombardeos indios intermitentes causaron en la madrugada de ayer un muerto y un herido en el Cachemira bajo control paquistaní.