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Más de diez mil desocupados marcharon ayer por las calles de Buenos Aires hacia la Plaza de Mayo, frente a la sede del Gobierno, para pedir la creación de un millón de puestos de trabajo y protestar por la crisis económica que sufre Argentina. Los bonaerenses se sumaron a la protesta.

La marcha, custodiada por la policía, interrumpió el tráfico en la avenida Rivadavia, en el centro de la ciudad, por donde se desplazó pacíficamente una columna de unos 700 metros de largo con miles de «piqueteros», como se llama a los desocupados.

Otras columnas de manifestantes caminaron desde la zona sur de Buenos Aires, por lo que quedó todo el tráfico cortado en la autopista que conduce a la capital argentina. También se paralizó la circulación de automóviles a raíz de las marchas de desocupados en La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, la más rica del país, y el balneario de Mar del Plata, a 60 y 400 kilómetros, respectivamente, de la capital argentina.

La marcha de desocupados que llegó hasta la Plaza de Mayo comenzó el domingo en localidades del Gran Buenos Aires, el populoso cordón industrial que rodea a la capital argentina, donde se registran altos índices de pobreza y desempleo. La protesta de los «piqueteros» contó con la adhesión de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), uno de los tres grandes movimientos sindicales del país, y de grupos vecinales de Buenos Aires que organizan «caceroladas» a diario para reclamar soluciones a la crisis.