La crisis de Oriente Medio ha alcanzado cotas sin precedentes con
la muerte de 18 palestinos y 6 israelíes en las últimas 24 horas,
mientras en Cisjordania y Gaza ven con temor el nuevo «plan de
acción» del primer ministro Ariel Sharon. «Esto es una auténtica
guerra, una guerra aunque limitada en escala», manifestó el jefe de
las Fuerzas Armadas israelíes en la región militar a cargo de
Cisjordania, general Yitzhak Eitán. El militar se refería a la
escalada de la violencia en la última semana que culminó con la
muerte ayer de 18 palestinos en los bombardeos por tierra, mar y
aire contra instalaciones de la ANP en Cisjordania y Gaza, en
represalia por la muerte a manos de milicianos del brazo armado de
Al-Fatah de seis soldados ayer, martes.
«Quien pagará el precio de la masacre que el Ejército ha
cometido en las últimas horas es el ciudadano israelí de a pie»,
afirmó Husam Jader, dirigente de las milicias armadas de Al-Fatah y
residente en Balata. El dirigente aseguró que «la respuesta de la
resistencia palestina traspasará los límites de toda imaginación,
así como los peores escenarios que los generales israelíes han
podido prever». Mientras, dirigentes palestinos pedían ayer una
reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para frenar esta
masacre y otros, más radicales, llamaban a la venganza. El ministro
español de Exteriores, Josep Piqué, actual responsable de la
política exterior de la UE, apoyaba la propuesta de una reunión de
Naciones Unidas.
Jefes militares israelíes consideran que en los últimos días los
palestinos han abandonado su habitual «estrategia terrorista»
contra civiles dentro de Israel, para pasar a una «guerra de
guerrillas» contra colonos y militares a fin de abrir una brecha en
la sociedad de este país y favorecer el fin de la ocupación militar
y los asentamientos judíos. Entretanto, el jefe del Gobierno
israelí, Ariel Sharon, ha decidido un «nuevo tipo de respuesta»,
que con toda probabilidad dará a conocer hoy en un discurso a la
nación. Por el momento, los detalles que trascendieron sobre el
nuevo plan táctico israelí para combatir la ofensiva palestina
apuntan a una intensificación de las actuales operaciones de
represalia, aunque de forma más frecuente y contundente. «En los
próximos días se apreciará las nueva naturaleza de estas acciones»,
manifestaron fuentes militares.
El primer ministro Sharon se ve en estos momentos asediado por
la derecha israelí que le exige «mano dura» contra los palestinos.
Decenas de manifestantes se agolparon esta tarde frente a su
residencia oficial en Jerusalén, aunque éste afirmó horas antes que
«no arrastrará a Israel a una nueva guerra». En cualquier caso, la
ANP ya ha advertido que ninguna ofensiva israelí romperá el
espíritu de los palestinos y la lucha por sus derechos a la
autodeterminación y los lugares santos para el Islam y el
Cristianismo. «A pesar de la crueldad de la ocupación israelí, de
sus tanques y aviones, el pueblo palestino no claudicará», dijo un
portavoz oficial de la ANP.
Por su parte, el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Simón
Peres, no cree que la opción militar sea la única solución al
conflicto con los palestinos y propuso la aplicación de cuatro
medidas para salir de la crisis. Las medidas de Peres incluirían,
además de acciones militares contra el terrorismo, reanudar los
contactos de seguridad con los palestinos, facilitar de una forma
real la vida a los más de tres millones de palestinos en
Cisjordania y Gaza y volver a las negociaciones políticas. Peres,
que hoy se entrevistará con Aznar en Madrid, criticó a los que
«llaman a una definición inmediata» del conflicto e instó a que
«cesen las frases hechas», en alusión a los sectores más
derechistas del Gobierno de coalición israelí que piden asestar un
duro golpe a la Autoridad Nacional Palestina de Yaser Arafat.
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