El vicepresidente de EE UU, Dick Cheney, cosechó un nuevo rechazo
al plan de Washington de atacar a Irak para derrocar al régimen del
presidente Sadam Husein, en la visita que ayer realiza a Arabia
Saudí, uno de los principales aliados árabes de su país. A su
llegada a Yeda, en la costa occidental saudí, a orillas del mar
Rojo, Cheney fue recibido en el aeropuerto por el príncipe
heredero, Abdulá Ben Abdelaziz, con quien visitó al rey Fahd, que
se mueve en una silla de ruedas. Posteriormente, Cheney y Abdulá se
reunieron en un encuentro de trabajo y el vicepresidente
estadounidense acudirá esta noche a una cena que ofrecerá en su
honor el heredero saudí.
Fuentes cercanas a las conversaciones entre Cheney y los líderes
saudíes dijeron que estos manifestaron al presidente estadounidense
que «no permitirán que se ataque a ningún país árabe o musulmán
desde su territorio». Los responsables saudíes recalcaron que no
permitirán que se ataque a Irak desde su país, «porque sería una
catástrofe para la región» de Oriente Medio y el golfo Pérsico.
Estas mismas posiciones fueron adelantadas el viernes por el
príncipe Abdulá, quien gobierna de hecho el país desde 1995, cuando
su hermanastro, el rey Fahd, sufrió una apoplejía. Abdulá dijo ayer
que un ataque estadounidense contra Irak no sería «ni en interés de
EE UU ni en el de la región o el resto del mundo», pues podría
crear «el caos y dividir» el país, lo que sería una fuente de
«problemas». Tampoco Kuwait, emirato que Cheney visitará el lunes,
después de pasar el domingo en Qatar y Bahrein, parece dispuesto a
prestar sus instalaciones militares para aplicar los planes bélicos
respecto a Irak del Gobierno de Bush.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.