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EFE-LISBOA La búsqueda de una alianza parlamentaria para garantizar un gobierno estable en Portugal en los próximos cuatro años es en estos momentos el mayor reto de José Manuel Durão Barroso, líder del Partido Social Demócrata (PSD). Durão Barroso, que logró mayoría relativa en las legislativas del domingo, debe convencer antes de nada a su propio partido de la oportunidad de ofrecer una coalición de gobierno al conservador Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP), y esa alternativa será analizada mañana en una reunión del Consejo Nacional del PSD.

El líder del PSD tiene que conseguir que el Consejo Nacional le otorgue un mandato para encontrar una solución de compromiso y ofrecer un programa de gobierno aceptable para el CDS-PP, que dirige Paulo Portas, con quien no mantiene una relación fácil. Como, además, hasta el próximo día 27 no se conocerán a quien corresponderán los cuatro escaños que eligen los emigrantes portugueses, el PSD podría llegar a 106 diputados en el cálculo más optimista, pero seguiría necesitando el apoyo de los 14 parlamentarios del CDS-PP para garantizar mayoría absoluta y la estabilidad.

Durão Barroso proclamó tras el triunfo electoral que formará un gobierno «creíble y estable y que garantice las respuestas para los próximos cuatro años». Durante la campaña electoral, Paulo Portas reiteró que el CDS-PP estaba preparado para «participar» en el nuevo gobierno y ha señalado que ahora «la iniciativa» corresponde al PSD.

Asimismo, La reactivación económica, que fue bandera de la campaña electoral, se perfila como otro de los grandes retos para Durão Barroso, una noticia que fue recibida ayer con una subida de la Bolsa. Cuando presentó su programa electoral, el pasado 20 de febrero, Barroso señaló que «las finanzas públicas se encuentran en una situación extremadamente delicada» y prometió medidas de ajuste para nivelar el déficit en 2004.