El Ejército israelí se retiró anoche del distrito de Belén y de una
pequeña zona al este del campo de refugiados Al Bureij, en Gaza,
confirmaron fuentes palestinas después de una reunión de oficiales
en esa ciudad. Militares de ambas partes celebraron ayer tarde una
reunión en la Oficina conjunta de Cooperación y Enlace en Belén
para coordinar el repliegue israelí y la entrada, en su lugar, de
las fuerzas palestinas. Dicha reunión seguía a un acuerdo que
Israel y la ANP alcanzaron horas antes en Jerusalén, con la
mediación del enviado especial de EE UU, Anthony Zinni, por el que
los palestinos se comprometieron a asumir la responsabilidad por la
seguridad en las zonas que abandone el Ejército.
A pesar de la buena noticia para la ANP, los palestinos están
indignados con el vicepresidente de EE UU, Dick Cheney, que ayer
llegó a Israel en medio de los esfuerzos de Anthony Zinni para
consolidar un alto el fuego, por su negativa a entrevistarse con el
presidente palestino, Yaser Arafat, lo que consideran injusto y
desequilibrado. Cheney, que ya se ha reunido con el primer ministro
israelí, Ariel Sharon, mantiene por ahora la misma posición que el
presidente de EE UU, George W. Bush, quien ha rechazado
repetidamente entrevistarse con Arafat, por lo que el
vicepresidente anunció antes de llegar a la zona que sólo se
reuniría con altos cargos palestinos.
«La administración Bush no ha querido recompensar a Arafat,
cuando lo acusa de hacer muy poco para prevenir el terrorismo»,
dijo una destacada fuente diplomática occidental en Jerusalén. Como
respuesta, los dirigentes palestinos se niegan en redondo a
reunirse con el vicepresidente estadounidense. Mientras tanto la
violencia parece haberse tomado un pequeño respiro en la zona. Un
activista palestino murió ayer en la franja de Gaza a manos de
soldados israelíes, en la que es por el momento la jornada de mayor
calma en la zona desde hace un mes.
El palestino, cuya identidad se desconoce pero que según fuentes
israelíes iba armado, fue abatido ayer tarde por soldados en una
carretera que conecta el paso fronterizo de Kisufim con el enclave
de asentamientos judíos de Gush Katif, en el sur de la franja de
Gaza. Era la primera y única víctima de una jornada en la que no se
ha sentido un absoluto cese de las hostilidades, pero sí una
significativa reducción de los choques armados. El Ejército israelí
continuaba ayer sus operaciones en Cisjordania y Gaza, aunque lo
hacía de forma puntual. Así, al menos 10 activistas palestinos
fueron arrestados en Cisjordania y otros dos en Gaza bajo sospecha
de preparar atentados.
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