El hospital de Ramala entierra a los muertos en el jardín.

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Los dirigentes palestinos recordaron a Sharon, quien ayer ofreció al líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) «un billete de ida, pero sin vuelta», que Arafat es «un presidente electo» y, por lo tanto, «nada de exilio, nada de destierro. Esto no admite discusión». «No vamos a aceptar nada nuevo de lo que ya hayamos aceptado antes», dijeron fuentes oficiales de la ANP, en referencia a la invitación de Sharon al «rais» para que acepte el destierro. En Ramala, el Ejército israelí levantó cuatro horas el toque de queda para que los extranjeros sin residencia permanente puedan abandonar la ciudad, cercada desde el pasado jueves. Sin embargo, en el centro de la ciudad los comerciantes no se han atrevido a abrir sus establecimientos para facilitar la compra de agua, alimentos y medicinas a la población asediada, aunque en la periferia algunos sí lo han hecho.

La ANP sigue muy de cerca la situación de su líder y la suerte de 400 personas que sufrieron ayer un masivo ataque de artillería y helicópteros en el edificio de la Policía de Seguridad Preventiva en Betania, así como la situación en Belén y otras ciudades cisjordanas. Arafat no ha logrado por ahora que se le restablezca la luz, ni que le suministren el agua y los alimentos que tiene que compartir con sus hombres y con 32 pacifistas que han decidido acompañarlo en su cautiverio desde el domingo.

Y muy cerca de Ramala, unos 300 palestinos, entre hombres, mujeres y niños, han salido con las manos en alto del complejo de las Fuerzas de la Seguridad Preventiva, de Betania, para entregarse al Ejército. Según fuentes palestinas, se trata de civiles que residían en el complejo, a los que se ha retirado sus documentos de identidad para comprobar si alguno de ellos se encuentra en la lista de «buscados». Fuentes israelíes aseguran que en el cese del ataque contra el complejo han mediado agentes de la CIA y que los 300 palestinos permanecerán retenidos durante 24 horas para ser interrogados.

Las negociaciones entre estadounidense e israelíes continúan para definir la suerte de otras cien personas que permanecen en el complejo. El Ejército exige la entrega de unas veinte personas pertenecientes a diferentes facciones armadas palestinas. A pesar de que el Ejército acordó interrumpir los bombardeos para evacuar a los muertos y heridos, fuentes de la Media Luna Roja informaron de que no les han permitido acercarse con ambulancias hasta el complejo. En la ciudad bíblica de Belén, situada al sur de Jerusalén, se registran intensos combates en la plaza de Manger, muy cerca de la Basílica de la Natividad, erigida sobre la gruta donde nació Jesús de Nazaret. Palestinos armados con fusiles pelean cerca de la basílica contra las tropas israelíes.

El hospital de Ramala entierra a los muertos en el jardín
El hospital central de Ramala ha comenzado a enterrar en el jardín los cuerpos de las víctimas de la reocupación israelí de la ciudad debido a la saturación del depósito de cadáveres y ante la imposibilidad de acceder al cementerio de la ciudad por la imposición del toque de queda, según indicó su director. «Hasta ahora hemos encontrado 28 cuerpos de personas abatidas por los israelíes. Les enterramos en el jardín ya que las ambulancias no pueden sacarles» del depósito de cadáveres, explicó el director del centro, Musa Abú Hmed.