Israel dejó claro que mantendrá por un tiempo su invasión de las
ciudades palestinas de Cisjordania, a pesar de que la entrevista de
ayer entre el asediado Yaser Arafat y Anthony Zinni abría una
tímida esperanza de un alto el fuego. El ministro israelí de
Exteriores, Simon Peres, manifestó que Israel decidió ocupar los
territorios palestinos por unas cuantas semanas y que «no ve motivo
para una crisis», en referencia a las advertencias del presidente
de EE UU, George W. Bush, quien instó a los israelíes a replegarse
de las zonas autónomas invadidas. «Las operaciones militares
continuarán hasta que acordemos un alto el fuego y hasta que llegue
a su culminación», dijo Peres, mientras el Ejército de su país
ocupa después de una fiera resistencia de las milicias palestinas
todas las ciudades autónomas de Cisjordania excepto Jericó. Sharon
desoyó, pues, el llamamiento de Bush.
El mediador estadounidense Zinni y el presidente de la ANP
"quien lleva más de una semana cautivo en su despacho de la
«Mukata» de Ramala" acordaron mantener futuros contactos precedidos
por una entrevista entre Zinni y una delegación palestina con el
objetivo de lograr la «inmediata aplicación del plan Tenet de alto
el fuego y de las recomendaciones Mitchell» para la reanudación del
proceso de paz. Zinni y Arafat trataron también sobre la creación
de un Estado palestino.
Pero poco después, el jefe de la Seguridad Preventiva palestina
en Gaza, Mohamed Dahlan, que iba a formar parte de dicha
delegación, informó de que el primer ministro de Israel, Ariel
Sharon, prohibió que se celebrase anoche en Jerusalén la reunión
palestino-estadounidense. La decisión de reunirse en Jerusalén se
debía -según Dahlan- al temor de Zinni a trasladarse a los
territorios autónomos palestinos, tras la manifestación
protagonizada ayer por unas 10.000 personas en Gaza, en la que le
tildaron de «pro-israelí».
Los miles de manifestantes marcharon a favor del Movimiento de
Resistencia Islámica (Hamas) en Gaza capital y en el campo de
refugiados de Yabalia, coreando eslóganes de venganza contra Israel
y pidiendo el fin de la ocupación. «La razón (de la prohibición de
Sharon) no es el lugar de la reunión. Da igual que sea en Jerusalén
o en otro lugar, la razón es simplemente que Sharon no quiere
ninguna reunión entre palestinos y americanos», dijo Dahlán.
El Ejército israelí informó ayer de que unos 200 activistas
palestinos «buscados por Israel» han sido arrestados y más de 1.200
fueron detenidos en las últimas operaciones militares en
Cisjordania. Desde el inicio de la operación hace más de una
semana, han muerto un centenar de palestinos, sólo ayer más de 25,
entre ellos una niña de 13 años y su hermano en la invasión de la
aldea de Tubas, cerca de Naplusa. En otro de los frentes de esta
crisis, en la ciudad de Belén cuatro frailes franciscanos enfermos
pudieron salir de la Basílica de la Natividad después de
negociaciones mediadas por el nuncio del Vaticano en Jerusalén.
Granadas contra los periodistas
Soldados israelíes dispararon cinco granadas ensordecedoras ayer
contra un grupo de unos 40 periodistas que se hallaban ante el
cuartel general del presidente palestino, Yaser Arafat, en Ramala.
En un primer momento, los soldados realizaron varios disparos al
aire para expulsar a los periodistas, mientras un soldado con un
megáfono gritaba en inglés: «¡Prensa fuera! ¡Prensa fuera!». Los
periodistas se habían desplazado al cuartel general de Arafat para
seguir la entrevista con Anthony Zinni.
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