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EFE-TÚNEZ Túnez se vio obligado a admitir ayer que la explosión del pasado jueves junto a la sinagoga de Yebra, que causó la muerte de 16 personas -diez de ellas alemanas-, pudo ser un atentado terrorista, tal y como creen las autoridades germanas. Tras mantener durante varios días la tesis de que la explosión del camión de gas fue un «accidente», el Gobierno de Túnez afirmó ayer que el chófer del vehículo, que murió carbonizado, es considerado sospechoso de atentado.

El comunicado oficial alude a recientes ataques contra centros judíos de culto ocurridos en Francia, Ucrania y otros países. Las autoridades tunecinas no han querido revelar la identidad del conductor, del que sólo han dicho que residía en la ciudad francesa de Lyon, pero su nombre aparece en un comunicado del autoproclamado «Ejército de Liberación de los Lugares Santos», una organización terrorista relacionada con Osama Bin Laden.

El presunto suicida fue identificado en esa nota, publicada ayer por la prensa árabe, como el tunecino Nizan Bin Mohamed Nawar, cuyo nombre de guerra era «Seiful Din El Tunisi». La razón invocada por este grupo para el atentado es responder «a los crímenes israelíes contra los hijos del pueblo palestino» y «la operación mártir» se llevó a cabo «en represalia al rechazo de los gobiernos árabes de permitir a sus pueblos de unirse a la Guerra Santa contra los judíos».

El «Ejército de Liberación de los Lugares Santos», financiado por Bin Laden, está implicado, según fuentes diplomáticas occidentales, en los atentados terroristas ocurridos en agosto de 1988 contra las embajadas de los Estados Unidos en Kenia y Tanzania, precisamente las acciones en la que presuntamente participó Ahmed Brahim, el terrorista detenido en Barcelona y que vivió en Palma.