El presidente argentino, Eduardo Duhalde, afrontará el próximo día
14 la primera huelga general en sus cinco meses de gestión,
convocada ayer por el ala radical del sindicalismo en rechazo a lo
que considera el «sometimiento» del Gobierno ante el FMI. La
protesta incluirá una movilización hacia la Plaza de Mayo, situada
frente a la Casa de Gobierno, anunció Hugo Moyano, que lidera uno
de los sectores en los que está dividida la Confederación General
del Trabajo (CGT), la mayor central obrera de Argentina.
El paro fue convocado el mismo día en que Duhalde, que fue
designado presidente por el Parlamento el 1 de enero pasado en
medio de una grave crisis económica y social, concretó una
reestructuración de su gabinete de ministros que incluye la
incorporación al Ejecutivo de dirigentes del ala sindical de su
partido, el Justicialista (PJ, peronista). La facción mayoritaria y
más afín al Gobierno de la CGT, que encabeza Rodolfo Daer, no se ha
pronunciado sobre si se sumará a la protesta.
En un duro discurso, Moyano dijo que «el actual Gobierno es una
continuación de los anteriores», en alusión al de Fernando de la
Rúa, que dimitió el 20 de diciembre pasado en medio de un estallido
social, y al de su predecesor, Carlos Ménem, quien gobernó entre
1989 y 1999. «Estamos siendo prostitutas gratis», dijo el dirigente
camionero, en referencia a la intención del Ejecutivo argentino de
cumplir con las recetas del FMI para lograr la ayuda económica.
Pocas horas después de que se conociera la convocatoria de la
huelga, el sindicalista Alfredo Atanasof dejó la cartera de Trabajo
en manos de la diputada peronista Graciela Camaño y pasó a ocupar
la jefatura del gabinete de ministros en reemplazo de Jorge
Capitanich. Tanto Atanasof como Camaño son dirigentes del ala
sindical del peronismo.
Además, el legislador peronista Jorge Matzkin asumió como
ministro del Interior en sustitución de Rodolfo Gabrielli. El
Ministerio de la Producción quedó vacante con la renuncia del
empresario José Ignacio de Mendiguren y transitoriamente pasó a
manos del titular de Economía, Roberto Lavagna. Precisamente
Lavagna criticó ayer a los inversores extranjeros y, en especial a
los españoles, por haber defendido un esquema de política económica
que fracasó.
«En principio las empresas extranjeras ponían toda la
responsabilidad en las autoridades argentinas. Ahora empiezan a
comprender que la situación no es culpa de un Gobierno, o de un
funcionario, sino que tiene que ver con el fracaso de un esquema de
política económica que en muchos casos ellos mismos defendieron»,
indicó el ministro.
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