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MARTÍN YEBRA-BUENOS AIRES Presionado por la creciente tensión social, con la mitad de la población sufriendo la pobreza, el presidente de Argentina, Eduardo Duhalde, se debate entre seducir al Fondo Monetario Internacional (FMI) para conseguir el apoyo financiero necesario para salir de la crisis y agraviarlo para no pecar de impopular. En este sentido, el mandatario, quien festejó ayer la aprobación preliminar en el Parlamento de la aprobación de la Ley de Quiebras y la derogación de la Ley de Subversión Económica solicitadas por el FMI, reconoció poco después que, por ello, se va quedando «un poco más solo».

Asimismo, insistió en la necesidad de recibir urgentemente asistencia financiera del exterior para afrontar la crisis, al tiempo que juzgó de «muy dura» con Argentina la actual Administración del organismo financiero. «Sólo podemos salir de esta situación con ayuda externa. Hoy hay que soportar, aguantar muchas cosas, no solamente internas, sino también externas que son inoportunas e injustificables», sostuvo ayer Duhalde a la radio local 'Continental' en relación a las declaraciones de la subdirectora gerente del FMI, Anne Krueger.

Cuatro años de recesión, un aumento sin precedentes del desempleo (22%) y el fin de la estabilidad cambiaria y de precios (70% de devaluación y 20% de inflación) han empujado a la pobreza a unos 17.000 argentinos por día en los últimos seis meses, según un estudio privado.

Cifras oficiales conocidas ayer demuestran que 18 millones de argentinos viven debajo de la línea de la pobreza, es decir que forman grupos familiares con ingresos mensuales menores a 500 pesos (160 euros). Esto abarca a la mitad de la población del país. Juan Carlos del Bello, director del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), agregó que, de esa cifra, siete millones de personas viven en la indigencia, con un promedio de un euro por día. «La pobreza es el principal problema», afirmó Duhalde al ser consultado acerca de esas cifras, pero aclaró que, de momento, sólo puede ofrecer subsidios sociales (de unos 50 euros por mes) a ocho millones de personas.