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Israel, que canceló una prevista invasión a Gaza, considera «positiva» la reunión que celebraron en Sharm el Sheij los líderes de Egipto, Arabia Saudí y Siria, que ha fortalecido los esfuerzos para renovar el proceso de paz. «Siempre que los líderes árabes se reúnen para hablar de paz es algo positivo», dijo el portavoz del Ministerio israelí de Asuntos Exteriores, Emanuel Najshón, en referencia a la reunión tripartita que el sábado celebraron en ese balneario egipcio a orillas del mar Rojo.

El presidente egipcio, Hosni Mubarak, el príncipe heredero de Arabia Saudí, Abdulá Bin Abdelaziz, y el presidente sirio, Bachar Al Asad, coincidieron en condenar la violencia por parte de israelíes y palestinos, y ratificaron la voluntad de paz con Israel, según la resolución de la cumbre árabe celebrada el pasado marzo en el Líbano.

Unos 70.000 pacifistas israelíes, en la mayor de sus manifestaciones desde que comenzó el alzamiento (intifada) de los palestinos contra la ocupación, hace más de un año y medio, también reclamaron en la noche del sábado en Tel Aviv al Gobierno de unidad nacional de Ariel Sharon la devolución de dichos territorios y el regreso a las negociaciones de paz.

La presión de Egipto -uno de los dos únicos Estados árabes que han hecho las paces con Israel desde su proclamación hace 55 años-, y de Estados Unidos, empeñados en impulsar el proceso de paz junto con la Unión Europea, la ONU y la Federación Rusa (el llamado «cuarteto» de Madrid) fue decisiva para evitar la invasión a Gaza.

Así lo confirmó ayer el presidente de la Comisión Parlamentaria para Asuntos de Seguridad, David Maguén, al salir al paso de noticias acerca de que la invasión se canceló por «filtraciones a la prensa» sobre las operaciones y sus objetivos.